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Hernán de Solminihac

Actualizado: 1 ago 2023

Board Member and Professor

 

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Dentro de las distintas actividades que desempeña en el ámbito profesional, es miembro del directorio de Cruzados ¿qué rol cumplen, o están llamados a cumplir, los clubes de fútbol en la sociedad? ¿es exigible ese propósito a las sociedades anónimas deportivas?


Los clubes de fútbol desempeñan un papel fundamental en la sociedad, más allá de su función deportiva. Son instituciones que generan una gran pasión y arraigo en las comunidades, siendo un punto de encuentro para miles de personas que comparten el amor por el deporte. Además, los clubes de fútbol tienen la capacidad de promover valores como el trabajo en equipo, el esfuerzo, la disciplina y la solidaridad, los cuales son fundamentales para el desarrollo personal y social.


En el caso específico de Cruzados, el rol se vuelve aún más relevante. La responsabilidad de la institución no solo es lograr resultados deportivos exitosos, sino también contribuir al desarrollo social y cultural de la comunidad. Esto implica promover la participación ciudadana, fomentar el deporte en todas sus formas, impulsar programas de responsabilidad social y establecer alianzas con otras instituciones para potenciar el bienestar y la calidad de vida de las personas.


Además, esta la tarea de formar deportistas, algunos de ellos llegan a ser futbolistas profesionales, pero la formación que reciben en el proceso les ayuda para en su crecimiento personal.


Usted ha ejercido distintos cargos tanto en el sector público como en el privado. Por lo tanto, ha constatado en primera persona que los últimos años no han sido fáciles para nuestro país y sus habitantes ¿ve usted esperanza para el futuro Chile? ¿qué señales positivas ve en el ambiente, que permiten estar optimistas de que Chile tendrá un futuro mejor?


He sido testigo de los desafíos y dificultades que nuestro país ha enfrentado en los últimos años, a través de mi experiencia tanto en el sector público como en el privado. A pesar de las adversidades, soy optimista y confío en un futuro mejor para Chile.


En este anhelo, espero que el país siga trabajando por un tener institucionalidad sólida y una democracia estable, lo que proporciona un marco confiable para el desarrollo social y económico. Hemos demostrado nuestra capacidad para enfrentar y superar crisis en el pasado, lo que nos da la confianza de que podemos hacerlo nuevamente.


El país cuenta con una economía diversificada y un sector privado dinámico y emprendedor. En este sentido, la innovación y el espíritu empresarial son motores importantes para el crecimiento económico y la generación de empleo, lo que crea oportunidades para las personas y mejora su calidad de vida.


Asimismo, Chile posee un valioso capital humano, con una fuerza laboral altamente capacitada y talentosa. Nuestros profesionales, científicos, artistas y emprendedores son reconocidos a nivel mundial, lo que nos sitúa en una posición ventajosa para enfrentar los desafíos del futuro.


En este escenario, el compromiso y la participación ciudadana son fundamentales para la construcción de un mejor país. Hemos sido testigos de una creciente conciencia y movilización social, lo que demuestra un interés y un compromiso por construir una sociedad más justa y sostenible.


Hace unos meses lanzó un libro donde escribe sobre las difíciles situaciones familiares que ha debido enfrentar en el último tiempo, luego de la partida de su esposa y la enfermedad de su hija. De todo lo dicho, hay un concepto del que usted habla que nos ha llamado mucho la atención, y que es la necesidad de disfrutar el trayecto y no la meta ¿a qué se refiere con eso en términos prácticos? ¿cree que como sociedad nos haría bien adoptar esa recomendación?


La idea de "disfrutar el trayecto y no la meta" se refiere a la importancia de encontrar satisfacción y felicidad en el proceso y las experiencias que vivimos, en lugar de enfocarnos únicamente en alcanzar un objetivo o resultado específico. El libro autobiográfico "La vida golpea (a veces demasiado) fuerte", destaca la relevancia de valorar los momentos presentes, incluso en medio de situaciones difíciles, como la pérdida de una esposa o la enfermedad de una hija, dos experiencias que han marcado mi vida.


En términos prácticos, esto implica cultivar una actitud de gratitud y apreciación por los pequeños detalles de la vida, aprender a disfrutar de los momentos cotidianos y encontrar alegría en el proceso de búsqueda y crecimiento personal. En lugar de estar obsesionados con lograr metas futuras, se trata de encontrar significado y plenitud en cada paso del camino. Como sociedad, adoptar esta recomendación podría ser muy beneficioso. En nuestra cultura actual, a menudo estamos enfocados en resultados inmediatos y en alcanzar el éxito a toda costa. Esto puede generar estrés, ansiedad y una sensación de insatisfacción constante, ya que siempre estamos buscando el próximo hito sin disfrutar realmente de lo que ya hemos logrado.


Al abrazar la idea de disfrutar el trayecto, podemos aprender a valorar las experiencias y relaciones en nuestra vida diaria. Esto nos permite fomentar una mayor conexión emocional con los demás y encontrar un mayor equilibrio y bienestar en nuestras vidas. Además, al apreciar el proceso, también aumentamos nuestras posibilidades de éxito, ya que nos enfocamos en aprender y crecer en lugar de obsesionarnos únicamente con el resultado final.


El libro nos recuerda la importancia de vivir el presente y encontrar satisfacción en cada paso que damos. Adoptar esta mentalidad a nivel individual y como sociedad nos permitirá cultivar una vida más plena, significativa y equilibrada.

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