Entrepreneur
En diciembre de este año termina tu periodo en la CPC ¿Cómo visualizas este cambio en su dirección?
La CPC es una institución que, al igual que sus seis gremios matrices, la Sociedad Nacional de Agricultura (CNA), la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), la Sociedad de fomento fabril (SOFOFA), la Cámara de la Chilena de la Construcción (CChC), la Cámara Nacional de Comercio (CNC) y la Asociación de Bancos (ABIF), tiene la precaución de mantener la institucionalidad a través de la representación de los gremios.
Dicho eso, es muy importante entender que la institucionalidad va por encima de las personas. En ese sentido, la institucionalidad de la CPC, independiente de mi gestión (buena regular o mala), tiene que seguir su rumbo, y para mí el periodo excepcional terminó a partir del resultado del día 4 de septiembre. Lo que queda ahora es lograr las políticas públicas que actualmente se discuten, en materia constitucional, de pensiones, tributarias, etc.
¿Qué va a hacer Juan Sutil después de 3 años muy intensos? Tienes razón cuando dices que fueron muy intensos. Piensa que primero me tocó afrontar la crisis social del 18 de octubre de 2019. Luego, la crisis sanitaria del Covid-19 y la crisis económica autoinfligida. Después atravesamos una crisis política: no nos olvidemos de lo obstruccionista que era el Congreso en el último periodo, donde el Presidente Piñera prácticamente no pudo hacer nada, y hoy día eso queda de manifiesto con todas las leyes de seguridad que están inoperativas porque fueron siempre rechazadas. Finalmente, viene la crisis institucional en donde las instituciones prefirieron hace lo fácil en vez de lo correcto. En esto no puedo no citar al ministro Aróstica cuando dice: “Yo voy a seguir lo que piensa la gente y no voy a seguir con el recurso constitucional del tercer retiro”.
Luego de haber cumplido con mi misión y con la confianza depositada en mi como dirigente, vuelvo a lo mío, al desarrollo de empresas Sutil en su fase de desarrollo nacional e internacional. La fase nacional va a depender mucho de si hay o no condiciones habilitantes para hacer más y mejores inversiones, mejor desarrollo y poder generar empleos de calidad, lo cual dependerá en gran medida de la reforma tributaria, la estabilidad legislativa y la Constitución. Mucha gente lo espera y por mi parte empujaré con mucha fuerza para que esas condiciones sean las adecuadas para poder seguir desarrollando la empresa como corresponde.
Eso en el mundo privado, ¿Has pensado en seguir en el mundo público? ¿iniciar una carrera política?
No, pero sí puedo contribuir a que se haga buena política. Como empresario siempre he contribuido. He estado siempre presente a través de una trayectoria gremial que nace de varias asociaciones y gremios de los cuales participé o formé, que hoy día son gremios fundamentales. Estuve muchos años en la SNA (Sociedad Nacional de Agricultura) y fui parte de la Asociación de Exportadores de Fruta (ASOEX) en su momento, pero creo que nosotros ya cumplimos esa etapa.
Yo tengo 61 años, llegué a ser presidente de la CPC por circunstancias de la vida, más que por un deseo, y yo lo que voy a hacer ahora es contribuir en mi rol de empresario y de ciudadano al desempeño de una buena política, fundamental para que haya gobernabilidad y políticas públicas buenas. Pero un cargo público no está dentro de los intereses de mi futuro.
¿Cuáles fueron los momentos más difíciles y los más satisfactorios durante estos años en la CPC?
Los momentos más difíciles fueron cuando yo asumí y comenzó la crisis de la pandemia, porque Chile estaba en condiciones desiguales para enfrentarla. No teníamos camas clínicas ni ventiladores, nuestro personal no estaba protegido y tuvimos que salir al mundo a conseguir equipo. Además, debimos formar un fondo, que debe ser el fondo más grande del mundo que se llamó “Siempre por Chile”, y me siento muy feliz de haber podido liderarlo y haber logrado que a ningún chileno o chilena le faltara una cama o un ventilador, junto con un montón de condiciones que habilitaron la posibilidad de que en los hospitales se pudiera atender con la debida protección.
También logramos reforzar toda la red de fundaciones, más de 300 fundaciones a lo largo de Chile, especialmente aquellas que trabajaban con adultos mayores. No hay que olvidarse de que, en una buena parte de los países de Europa, como Italia y España, los ancianos terminaron falleciendo porque los abandonaron. Esa realidad no sucedió en Chile gracias al esfuerzo conjunto de los empresarios, las empresas, los voluntarios y familias empresarias.
Yo te diría que ese fue el momento más difícil, pero a la vez el más satisfactorio. Fue tan bonito como estresante porque estuvimos muchas noches sin dormir porque había que negociar con los chinos, ellos estaban de día y nosotros de noche, y también tuvimos que manejar la logística. No se te olvide que incluso tuvo que ir el avión de la fuerza aérea a buscar los primeros equipos y todo eso fue un enfuerzo público y privado de mucha fuerza.
Más adelante viene el tema económico donde tuvimos que mantener una continuidad operativa en el rubro de los alimentos. Nosotros no solo éramos responsables de los alimentos para los chilenos, sino también para nuestros clientes en el exterior, había que cumplir. Igualmente había que mantener operativa la minería, la construcción y el comercio. Esto generó preocupación sobre la protección de las y los trabajadores porque lo más importante era protegerlos. Todo eso se hizo.
Durante este último año, también fue relevante todo lo vivido en el proceso constitucional. Yo lo he definido varias veces como una fiesta democrática que se transformó en una orgía con todo tipo de consumo y terminó muy mal. Nosotros tuvimos una participación muy activa al reunirnos con los convencionales de todos los sectores políticos, tratamos de participar con los gremios y de ser escuchados, pero nunca nos oyeron y también promocionamos las iniciativas populares. Estuvimos ahí. Finalmente, se transformó en un rechazo popular, donde, por supuesto en algunas cosas hubo que colaborar y estar presente como persona, y también fue un gran desafío. Así que, yo te diría que nos ha tocado de todo, incluyendo la nueva etapa que es la instalación del nuevo Gobierno, lo cual muchas veces es un desgaste muy grande como dirigente empresarial, porque tienes que reunirte con la autoridad, estar muy presente con ella y eso también dice relación con las reformas que el Gobierno está planteando, las cuales permiten avanzar en acuerdos. Hasta aquí se ha avanzado poco a juicio mío porque las reformas aún no son lo suficientemente adecuadas para lo que Chile quiere o necesita.
En ese sentido, hoy tenemos por un lado una coalición que entra gobierno con un discurso bastante anti-empresarial y con un empresariado que no goza de la mejor popularidad ¿Cómo ves el futuro de las empresas en Chile?
Sin duda el Gobierno nace de una coalición que es Partido Comunista y Frente Amplio, donde prácticamente todo el Frente Amplio no tenía ninguna voluntad ni interés en relacionarse con nada que no siguiera sus ideales y en ese sentido con los gremios, empresarios y empresas, prácticamente no existía esa vocación. También hay que recordar que era una vocación refundacional que venía con mucha fuerza, arrogancia y altanería. No podemos dejar de recordar las palabras del ministro Giorgio Jackson respecto de su superioridad moral, lo cual nos describe muy bien lo que ocurrió y lo que hastió al ciudadano común, que fue lo mismo que pasó en la Convención Constitucional donde prácticamente sintieron que tenían la potestad y la voz del pueblo y actuaron de esa manera.
Sin embargo, creo que en la medida que han ido entendiendo el rol del gobierno, se han ido dando cuenta de la importancia de las empresas, tanto los empresarios como los trabajadores y que son importante los acuerdos. La realidad del 4 de septiembre los pone en una circunstancia de que si no hay entendimientos y acuerdos tampoco hay reforma, porque ellos no son los que representan a todos los chilenos, como tampoco el parlamento nos representa a todos.
Con ese balde de agua fría y realismo que fue el resultado del 4 de septiembre, que los hizo entrar en un proceso de reflexión y sobre todo de entender que el mundo que ellos veían era un diagnóstico de probeta, así como fue el diagnóstico de la plurinacionalidad y lo que los pueblos indígenas querían y resulta que más del 80% de las poblaciones indígenas lo rechazó.
Esa actitud de desprecio hacia el mundo del trabajo y de las empresas la están cambiando y se están dando cuenta de qué tan importantes son estos puntos para darle estabilidad y seguridad al país para el crecimiento de la economía y se van dando cuenta que no es llegar, apretar un botón y cambiar las cosas como quien juega un videojuego.
¿Cómo ves al mundo empresarial con los resultados del plebiscito? ¿Ves cierto cambio en la visión a futuro del país?
Creo que, si bien ha habido un cambio en el eje político posterior al 4 de septiembre, todavía está muchísimo en juego. Hay que construir una Constitución y llegar a un acuerdo tributario que sea razonable. Si esas condiciones habilitantes no están, tampoco va a haber una inversión sustancial extranjera.
Tú ves lo que está pasando con el TPP11 y lo que dijo el Presidente Justin Trudeau sobre que tienen que preocuparse de proteger las inversiones de las empresas que están invirtiendo en Chile. Entonces cuando tienes la dicotomía de gente que piensa que Chile está aislado del mundo y otros que pensamos que dependemos de las exportaciones, de las aperturas de los mercados, de proteger la inversión extranjera que se radique en Chile, hasta que eso no se defina bien a través de la actitud y las políticas públicas, no van a haber condiciones del todo correctas para que Chile siga avanzando en sus proyectos de inversión. Tanto es así que hay mucha inversión minera esperando, también en infraestructura y materia agrícola y eso es importante que se vaya despejando cuanto antes.
Tocaste el tema de la Araucanía ¿Qué te pareció la visita del Gobierno en la región de La Araucanía?
Dentro de lo que ocurrió hay ciertos hechos que son importantes. Lo primero, es que el Presidente Gabriel Boric pudo escuchar de las propias víctimas y de la propia ciudadanía de la región cuales eran sus dolores. Segundo, es que reconoce que hay terrorismo o se cometen actos terroristas en La Araucanía. Esa mirada es positiva, pero debe marcar un antes y un después. Por otro lado, cuando se tiene un Presidente que le habla a un sector de una forma y a otro sector de otra, resulta que eso confunde a la ciudadanía y en ese aspecto creo que hay que tomar y tener decisiones políticas que permitan no solo resolver el problema del Estado de derecho que sufren los productores y ciudadanos de la región, sino también en el norte y en las poblaciones. Yo creo que desde el punto de vista del sentido de realidad con que se enfrenta el Presidente, es positivo para que él pueda tomar conciencia de la magnitud de los problemas que van más allá de comprar un campo o de restituir o no más tierras.
Pero el Presidente ha propuesto, principalmente, la compra de tierras, que es una política que lleva mucho tiempo pero sin muchos resultados. ¿Cómo crees tú que se debe solucionar el tema de la Araucanía?
Yo creo que hay que hacer un punto final a través de un buen catastro porque cuando llega el Presidente Patricio Aylwin a La Araucanía con la Comisión Especial de Pueblos Indígenas (CEPI) y con la primera Ley Indígena, establecen que hay una diferencia en los títulos de mercedes de 46.000 hectáreas y el Estado desde esa fecha ha comprado 270.000 y no ha resuelto aún el problema. Entonces acá lo que procede a mi juicio, es generar de una vez por todas un tribunal, hacer los catastros que corresponden, definir la realidad y decir “hasta aquí podemos llegar”: los problemas se van a resolver a través de un cierto número de tierras, subsidios y beneficios a los pueblos originarios en salud, educación u otros. Y de una vez por todas definir un punto final a esta cuestión.
Otro tema, quizás más importante es poder generar polos de atracción de desarrollo en el sector porque en la medida que haya inversión van a haber mejores empleos, más turismo y para eso tiene que erradicarse la violencia. Piensa lo que ha pasado en toda la costa de Arauco respecto al turismo; o en Los Lagos, como se queman las casas y los hoteles en un estado de derecho. Aquí lo que hay que hacer es entender bien que lo que ha ocurrido, eso hay que enfrentarlo y resolverlo.
Esto es un problema multidimensional, entonces una cosa es como tu resuelves el tema de las tierras, que eso yo diría que debe tener una aceptación de la gran mayoría porque no podemos seguir con la idea de que toda La Araucanía es del pueblo mapuche. Tú no puedes despojar a aquellos que el propio Estado introdujo, como eran los colonos. Lo que sí puedes corregir son las injusticias y para eso estaban los títulos de mercedes, para eso se definió que había 46 mil hectáreas, que había detrimentos de los títulos de mercedes. Pero ya en 270 mil hectáreas y todavía no resolvemos el problema. Pareciera ser que el problema no es solo la tierra, sino también un problema de marginalidad, desarrollo, infraestructura y reconocimiento a las culturas indígenas.
Se ha hablado mucho de una de las razones de las crisis vividas en el último tiempo se debe a la falta de liderazgos, tanto políticos como empresariales en el país. ¿Estás de acuerdo con ese análisis?
Uno lo que puede hacer como persona y ciudadano es contribuir a la buena política y para eso debe haber condiciones habilitantes. Yo creo que uno de los grandes problemas es que hoy en día hay una segregación tal en la Ley Electoral que cualquiera puede formar un acuerdo político y ser referente, por lo tanto, tampoco tienen consecuencias sus actos. Ahí se produce un proceso de descomposición y muchas veces para sobresalir se llega a extremos tales como malas declaraciones, populismos, ataques personales, descalificaciones a las instituciones, entre ellas al mundo de las empresas. Yo creo que esas prácticas hay que enterrarlas porque la buena política va por encima de ello. En ese sentido, espero que el proceso constitucional que viene ahora nos permita tener una buena Constitución y una política que defina que debemos tener elementos que defiendan la democracia como en otros países, como que una persona o un partido que tiene menos del 5% de los votos desaparece y no es electa: eso te obliga a formar coaliciones un poco más robustas y grandes. Si nosotros no somos capaces de revertir aquello, vamos a seguir sumidos en la decadencia y la confrontación a mi juicio.
¿Crees, entonces, que teniendo instituciones más fuertes se van a generar mejores liderazgos o es al revés?
Lo que creo es que como no están las condiciones habilitantes a que hice referencia, es difícil encontrar liderazgos. En los países europeos muchas veces el Presidente del partido es quien manda, porque define quienes van a la elección, y hay un ordenamiento mayor. Hoy día yo veo que cualquiera pesa lo mismo que el otro y tampoco se reconoce el liderazgo entre pares. Son todos paralelos, y mientras no haya un liderazgo que supere a los pares es mucho más difícil decir vamos por este camino y bajo esta solución. Eso está presente en toda la política, este problema radicado en su generalidad transversalmente y hay que resolverlo.
¿Puede ser un problema generacional?
No creo. En mi experiencia en el mundo empresarial, la diversidad me ha dado muy buenos resultados. En empresas Sutil trabajan aproximadamente 4.600 personas de todas las edades y géneros, en donde la generación más vieja otorga experiencia y la más joven dinamismo. Creo que en política existe lo mismo. Esto de que yo soy joven y soy el futuro no me parece. Si tu no respetas de dónde vienes y el hecho que vienes de atrás y tratas de corregir lo malo, no te va a funcionar. Por eso que estas nuevas autoridades vinculadas al Frente Amplio se grafican muy bien en los comentarios del ministro Jackson. Por suerte eso se cayó y creo que es positivo que se haya caído.
Comments