Head of Legal, H&M
Conjunto de lecciones aprendidas de la Fuerza Mayor.
En mucho tiempo no habíamos estado como humanidad frente a una crisis que cambiara el status quo no solo de un país, continente, sector o industria. No solo la actividad en los negocios se vio descontinuada y desequilibrada, el propio día a día como lo solíamos conocer se interrumpió y todos migramos a hacer todo de manera distinta, literalmente de un día a otro. Las empresas, industrias, familias y personas más preparadas y con mayor capacidad de adaptación fueron las que salieron más rápido adelante y las que naturalmente como la teoría de la evolución lo establece, lograron sobrevivir y abatir de manera más exitosa el golpe económico que esto implicó para toda la humanidad.
No obstante y paradójicamente hablar de riesgos generalmente es sinónimo de grandes oportunidades, en el mundo de los negocios es la antítesis de los grandes avances, innovaciones y cambios en la humanidad. Estos son los momentos que crean la necesidad inmediata de enfrentar retos que te llevan a desafiar las circunstancias y explorar las capacidades humanas a su máximo potencial.
Dentro del mundo legal la COVID-19 puede ser quizás el mejor ejemplo del por qué sobre regular no es necesariamente la mejor manera de afrontar todos los riesgos que pueden llegar a existir, no importa que tan buena pueda ser una cláusula, un contrato o las leyes que protejan a las partes en un contexto de fuerza mayor, si no tienes Tribunales preparados para una excesiva carga de trabajo, si no existe regulación, o el lenguaje está muy limitado y presto a la interpretación o en el otro extremo poco regulado como es el caso de la Fuerza Mayor en Colombia o Chile y en otros casos, justo a la inversa excesivamente regulado. Entre otros ejemplos puedes encontrarte en medio de países del “Common Law”, a la nula existencia de jurisprudencia, porque simplemente no hay precedente alguno. La teoría y doctrina legal se queda corta frente a la realidad o tienes escenarios de conflicto de leyes como ocurrió en México porque tienes disposiciones contradictorias por decretos emitidos por diferentes niveles de gobierno, donde porque ejemplo una entidad federal estableció algo y las estales o municipales otra.
Así las cosas, esta sea quizás la primera gran lección que nos dejó la pandemia, en definitiva no son nuestras actividades normales y conocimiento adquirido en el día a día los que por si solos nos sacara airosos de un juicio, del cierre exitoso de un contrato, de la ejecución idónea de un remedio contractual, de una debida diligencia a prueba de fuego, sino la creatividad, flexibilidad y adaptabilidad conectada simultáneamente a todo el cumulo de conocimiento y experiencia que se puedan tener y que nunca dejaran de ser relevantes. Ello combinado con la solidez de una estrategia legal que contemple de manera integral todas las aristas, rematando con un sentido de urgencia que muchas veces solo aparece en momentos límite y la priorización de asuntos ante la excesiva cantidad de trabajo que todos los jurídicos, equipos legales y abogados en general enfrentamos en los años de la pandemia.
Es clave en un entorno tan cambiante, disruptivo y dinámico como en el que actualmente nos encontramos fomentar y continuar desarrollando ante todo la resiliencia, la capacidad de ser multidisciplinarios, romper paradigmas y en el sentido más amplio desafiar el status quo y con ello las formas más tradicionales de nuestros sistemas corporativos para migrar a formas más dinámicas y menos complejas que nos permitan actuar de manera más rápida a la velocidad en la que hoy día ocurre todo, ante un entorno cambiante, disruptivo y dinámico como en el que actualmente nos encontramos, no solo por la pandemia sino por todos lo que nuestros ojos han visto ocurrir, en los últimos años en todo el mundo.
Son estos contextos donde se puede aprender, desarrollar y crecer más y donde los abogado in-house se colocan exponencialmente ante circunstancias que te obligan a pensar fuera de la caja, desde una perspectiva más integral y objetiva que involucre todos los ámbitos de una compañía. Este es el abogado pro-negocio que por excelencia siempre tiene en el foco asegurar la continuidad del negocio en los momentos más disruptivos a los que se pueda enfrentar una empresa.
Otra buena lección de la que poco se habla, es la poca frecuencia con la que estábamos acostumbrados a compartir conocimiento y experiencia fuera de contextos controlados, en nuestros propios equipos directos o de la empresa. Siempre han existido mesas de análisis, debates, mesas redondas, conferencias, reuniones de networking pero siempre limitadas en capacidad, destinadas a grupos focalizados y desde luego la frecuencia con la estos ocurrían.
La facilidad mezclada con el bajo costo hizo sacarle incluso hasta una rentabilidad de marketing para firmas, despachos de consultoría; los webinars sirvieron para todo ello en su conjunto, penetrar a audiencias mas numerosas, multiplicar conocimientos y llegar a panelistas a los que difícilmente hubiéramos accedido y a otros países con la facilidad de dar un clic y unirse a la reunión.
Nunca antes se había compartido tanto conocimiento, se habían discutido tanto las ideas, debatido temas de interés y compartido experiencias entre grupos diversos; sin duda una de las mejores practicas que llegaron para quedarse como una nueva tendencia.
Son tantas las lecciones aprendidas que es difícil escoger de cuales hablar, pero mi última elección para esta ocasión es la más técnica desde la perspectiva jurídica.
La Pandemia ya no es impredecible, vivimos en ella desde hace más de dos años y aún no sabemos por cuenta tiempo más estaremos inmersos en ella o sufriendo estragos de ella; partiendo de este punto la casuística se vuelve tan importante como la misma capacidad de documentar y probar hechos no imputables a alguna de las partes a consecuencia de un estado de fuerza mayor por la pandemia. Al mismo tiempo es vital entender que las reglas y tiempos post-pandemia son distintos por lo que se deben tomar precauciones extraordinarias para poder cumplir a cabalidad con cualquier obligación legal. La acreditabilidad de eventos de fuerza mayor cobra relevancia más que nunca.
Documentar de manera correcta y eficiente es elemento crucial para el acreditamiento de imposibilidad del cumplimiento de obligaciones, la nula posibilidad de evitarlo y probar que se tomaron todas las medidas extraordinarias para resistirlo porque ante un hecho notorio y conocido por todos, esto se vuelve la única manera que tienen los equipos legales y abogados de probar la no existencia de una responsabilidad o bien la poca diligencia de la contraparte para poder cumplir sus obligación y utilizar coyunturalmente el contexto a favor para evadir responsabilidad sobre hecho si atribuible a una negligencia, error o falta que este causando daños y perjuicios.
Es por esto que la principal lección que esto nos dejó es que cualquier crisis que impacta en el mundo legal de tan notoria manera, abre oportunidades en todo lo que circunscribe la función diaria jurídica de cualquier equipo, abogado que trabaje en cualquier gremio, en la industria privada o pública o al abogado de un despacho, abre las puertas del crecimiento, aprendizaje y desarrollo de nuevas formas de resolver y entender el mundo legal.
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